lunes, 31 de octubre de 2016

CUENTOS Y LEYENDAS DE ICA

LA LEYENDA DE CERRO PRIETO




Narra que Dios envió un monstruo fatal para que devorara a todas las personas perversas, seguido de otros menos bravos. Así fue como quedó transformado en pampa desolada. Hombres mujeres y niños lloraban al contemplar tan terrible castigo divino; oraban día y noche. Ya se oían cercanos los rugidos del monstruo y de pronto la Tierra tembló, se oyeron truenos y se desprendieron potentes rayos que se incrustaron en el cuerpo del animal, dejándolo inerte para siempre. Lo mismo sucedió con los otros monstruos, actualmente es una pampa y se le conoce con el nombre de cerro Prieto.

LA LEYENDA DE SARAJA


En las mañanas nubladas, en los atardeceres tranquilos o en las noches de luna brillante, se veía sobre los arenales, cercanos a Saraja, la emotiva figura de una hermosa mujer que bailaba. Cualquier mortal que la contemplara, estaba perdido llevaba poco a poco a su víctima hasta en medio de la laguna para que se hundiera. De esa manera, en el Cerro Saraja, había gran número de personas encantadas; que vez en cuando salían a rondar por los alrededores, en busca de nuevos acompañantes.

LA CORVINA DE ORO


Se dice que en la laguna de Orovilca vivía una corvina de oro, que hasta ahora no la han podido cazar, porque cuando han tratado de hacerlo el lago se vuelve hondo y separa las orillas de tal modo que nadie puede salir de él y los ancianos (que han visto a la corvina de oro) dicen que es muy linda.

LA HUEGA



A pocos kilómetros de Ica, vivía una hermosa mujer muy hermosa, que siempre se veía en su espejo. Cierta vez un caminante se perdió en su ruta así y encontró a aquella mujer, fue bajando entre los cerros hasta las palmeras para preguntarle que hacía en ese lugar tan sola y ella se asustó, ella como nunca vio a ninguna persona; tanto fue el miedo que empezó a correr y se cayó el espejo y se convirtió en la Laguna de la Huega.
 Ica es una ciudad del centro sur del Perú, capital del Departamento de Ica, situada en el estrecho valle que forma el río Ica, entre el Gran Tablazo de Ica y las laderas occidentales de la Cordillera de los Andes.

LA HISTORIA DE SARAJA


Parece que, desde la antigüedad, el Cerro de Saraja ha ejercido notable influencia en los moradores de esta región. Su situación geográfica, en una parte central, entre dilatados campos de cultivo, junto con Cerro Prieto situado cerca del pueblo de Guadalupe, constituyeron centros de atracción, expresada en indelebles tintes religiosos.
Gran extensión delo que hoy son pampas áridas, fueron en la antigüedad feraces tierras de cultivo que brindaban óptimos frutos a los numerosos habitantes del lugar. Éstos, con sus danzas, sus creencias y sus ritos religiosos, divinizaron aquellos lugares, señalándolos, como particulares de cada ayllu o grupo familiares y estaban representados por algún animal, por algún cerro o algún otro objeto de la naturaleza, muchos de los cuales eran considerados como verdaderos oráculos.
Posiblemente, Saraja fue una pakarina o un tótem, un lugar sagrado, un reciento de veneración y de respeto de donde creían haber salido los antiguos moradores de ese lugar. Y allí realizaban sus ritos y grandes fiestas religiosos, libando la sagrada chicha de jora que ofrecían a su dios tutelar.

LAS 7 CABEZAS DE LA PALMERA:


Cuenta la leyenda que la bruja Julia Hernández, predijo que Ica se hundirá cuando crezca la séptima cabeza de la palmera que se encuentra en la laguna seca. En enero de 1998 la profecía se cumplió, el río se desbordó, miles de personas resultaron damnificadas. La gente asegura que ese año no se cortó, ni se quemó la séptima cabeza de la palmera, desde esa fecha no han dejado de hacerlo. Los habitantes de Cachiche siempre cortan la séptima cabeza de la palmera; esto para evitar que Ica se destruya, según cuenta una leyenda local, de no ser así la ciudad de Ica se enfrentaría a un fin inevitable, llena de desastres naturales. Pero no todo son malas profecías, sino que también en Cachiche encontramos a grandes curanderos que mediante su fe pueden sanar todo mal y hasta unir corazones.

LA LEYENDA DEL PALLAR


Era un extraño señor. vestido de blanco. Su lastimero rostro, reflejaba amarga tristeza. No se sabe de dónde vino el cálido valle iqueño. Los campesinos aseguran que este extravagante varón fue el pallar, excelente cereal que a través de centurias es el providencial salvador de millares de seres que muchas veces mueren por inanición. Este misterioso personaje, después de recorrer muchas regiones, encontró una morada digna donde pudo vivir dichoso. En poco tiempo se hizo estimar en toda la comarca por su virtuoso proceder, llegando rápidamente a multiplicarse, entonces los campos se convirtieron en verdaderos graneros donde abundaba el preciado pallar pero, con el correr del tiempo, este vigoroso alimento de las clases populares fue olvidado, siendo el garbanzo y el maíz, los cereales preferidos por la gente; debido a esta ingratitud y desprecio, el candoroso señor de blanco, decidió abandonar para siempre está su tierra querida, tierra que le dio el calor y el néctar en su existencia. Llorando a mares se fue con su morral a cuestas, por yermas llanuras, sin esperanza alguna de volver.
Ya la tarde languidecía, el sol proyectaba sus débiles rayos por el horizonte, mientras el desdichado hombre de blanco al recorrer por una ladera del encantado Saraja, logra escuchar una vozarrona voz que le decía: "no te vayas benevolente señor, quédate con nosotros, ¿Por qué te alejas de este valle sin motivo?
Respondió el desventurado varón: "me voy decepcionado, nunca pensé que los terrenos me iban a olvidar y arrojar de estos lares; ahora que tienen en abundancia otras menestras, me desprecian y son ingratos conmigo".
Insistió en su demanda el enigmático hombre de bronce voz: Por piedad, escúchame un instante, soy el dios de los campos, mi morada está en este imponente cerro, en estos momentos iré por todas las comarcas a fin de que mis súbditos rectifiquen el gran error cometido; les diré que te respeten y consideren como antaño, comprometiéndome bajo juramento cumplir con mi promesa.
Después de pronunciar esas breves frases, descendió de su mansión, abrazó llorando de emoción el desilusionado hombre que se iba y, tomados de la mano recorrieron los ardientes médanos donde sus antiguos amigos los recibieron apoteósicamente. Es así como retornó el señor de blanco, el de blanca vestidura a sus lares queridos. En la actualidad, el pallar es el plato preferido del pueblo iqueño, el sabroso cereal que no falta en todos los hogares sin ser menospreciados.

EL CERRO PRIETO


Una de las leyendas que sobresalen en ICA es la de Cerro Prieto ubicada al oeste de Guadalupe, en este pequeño distrito podemos observar hacia el horizonte la figura de un gran cerro extendido de norte a sur, es el denominado Cerro Prieto; lugar que en la antigüedad fue cerro de veneración a raras divinidades alas cuales ofrecían sacrificios los nativos provenientes de distintos lugares.
Cerro Prieto también fue testigo de un hecho muy valioso para la historia según nos cuenta el Inca Garcilaso de la Vega durante la sublevación de Hernández Girón ante la Real Audiencia la gobernaba el Perú. Girón antes de ser derrotado en la batalla de Pucará, venció a los hombres de la Real Audiencia e hizo prisionero en la punta del cerro al capitán Lope Martín quien segundos después murió decapitado.
Cerro Prieto está dividido en dos partes cerro grande y cerro chico en ambos sitos se encuentran ubicados unas cruces. Para explicar el origen de este cerro y el ¿por qué? de las cruces narraremos a continuación la siguiente leyenda:
Dios al ver que la inmundicia y la maldad que poco a poco se iba apoderando de sus hijos, envió una serie de monstruos para que acabaran con las personas malvadas y perversas; se oyó un ruido a lo lejos y sin imaginarlo salió del mar el más enorme y horrible monstruo de todos el cual iba destruyendo todo lo que encontraba a su paso.
El miedo y el pánico se apodero de los habitantes de esa región los cuales oraban día y noche creyendo así apaciguar la ira del señor.
El monstruo se acercaba cada vez más al pueblo, de pronto la tierra se sacudió y desde el cielo se vieron unos rayos que atravesaron el cuerpo del animal desplomándolo así al suelo y murió rápidamente; esto también le ocurrió a los demás monstruos los cuales fueron convirtiéndose en cerros el enorme animal es ahora cerro prieto y los monstruos pequeños las faldas de este cerro. Pero antes de morir los monstruos le pidieron a Satán que se apoderara de ellos y causara destrucción a las personas que más habían intervenido en sus muertes. Desde entonces Satán es dueño de los cerros, vive allí y causa daño a cualquier persona que se acerque a los cerros.
Cuentan testigos que por las noches seres malignos salen montados en sus carretas con la finalidad de asustar y llevar a personas inocentes.

EL CERRO DE SARAJA


La palabra Saraja proviene de dos voces quechuas: Sara = maíz y acja=chicha, es decir, lugar donde se prepara y bebe chicha en honor al ser supremo. El cerro Saraja es otro de nuestros cerros característicos por la fantasía e imaginación de su leyenda, la cual narraremos a continuación: Saraja era una pequeña laguna situada en las faldas de un cerro la cual estaba encantada y poseída por el demonio que se valía de diferentes medios para atraer a sus víctimas y llevarlas al infierno; para no caer en posesión del mal era necesario evadir la mirada hacia el cerro y hacia la tentación que se la presentaba.
Ancianos contaban que en los atardeceres se veía a una hermosa mujer que bailaba al son de una música alegre y que si algún humano la miraba seria atraído por esta doncella al centro de la laguna donde se hundiría y desaparecería para siempre.  De esa manera en cerro Saraja existían varios encantados los cuales en las noches salían a recorrer las dunas en busca de más acompañantes.  Pero el encanto de Saraja no era solo para personas inocentes sino también para mortales codiciosos y perversos, es más un gran número de encantados siempre fueron personas de mal vivir.
Al respecto contaremos lo siguiente:
En la ciudad de Ica vivía una familia muy rica que trataba con maldad a su sirvienta que era una morenita de doce años la cual era obligada ir todos los días a la pampa de Saraja en busca de leña.  En aquel tiempo Saraja era una gran pampa cubierta de varios guarangos a donde todos podían ir para buscar leña.  Un día la pobre sirvienta llorando le suplico a sus patrones diciendo. Es muy difícil encontrar leña en Saraja. Porque no usan unas pocas de las que van a vender a la ciudad. Como respuesta a las suplicas, sus amos la castigaron sin piedad y empujones salió corriendo la sirvienta en busca de más leña.
La niña buscaba y buscaba, pero no encontraba nada, llorando desconsoladamente llego a las faldas del cerro junto a la laguna de Saraja en la que diviso a esa bella mujer que sonriendo le comenzó a hablar con cariño. La morenita asustada quiso huir, pero la mujer la trato con tanto amor que decidió quedarse y contarle todo lo ocurrido con sus amos. La doncella se quedó pensativa al oír eso y después de un rato le dijo:
No llores anda detrás de esos árboles que hay abundante leña, coge la cantidad que quieras y regresa. La morenita hizo lo que le dijo la mujer y era cierto detrás de esos árboles había rumas de leñas, tomo lo que pudo y regreso con su nueva amiga, aquélla hermosa mujer. Ella sonriendo le dijo a la pequeña niña: Vete tranquila pero antes llévate estos carbones no se los entregues a nadie son solo para ti. Luego la niña regreso a la ciudad y a la casa de sus amos, entro a su cuarto y arrojo los carbones hacia un rincón y se quedó dormida.
En la noche los amos fueron a la habitación de la sirvienta y vieron lingotes de oro; apresurados despertaron a la niña y le preguntaron en donde había encontrado esas barras de oro, y la sirvienta les contó lo que había pasado con esa mujer y de cómo los carbones se habían convertido en oro y les dijo que aquella dama tenia gran cantidad de esos carbones.
Al día siguiente los patrones con músicos partieron en busca de la bella mujer y de esos carbones de oro, llegaron a la laguna y del centro de ella apareció la hermosa dama, pero cosa extraña detrás de esa mujer apareció un gran portón en el cual se podía apreciar montículos de oro, los ambiciosos patrones junto a los músicos ingresaron y el portón se cerró desapareciendo repentinamente en el horizonte.
En consecuencia, de esto en las noches de luna se oye a la banda de músicos tocando en el centro del cerro.

viernes, 21 de octubre de 2016

POZO SANTO - ICA



En una extensa llanura yerma, en la convergencia de los kilómetros 256 y 257, a escasos metros de la carretera panamericana sur, en Ica, se encuentra Pozo Santo, un lugar muy visitado por los viajeros que hacen un alto en su trajinar cotidiano para admirar el santuario y conocer la maravillosa obra realizada por Fray Ramón Rojas, conocido con el seudónimo de Padre Guatemala.

En ese ardiente médano de leve inclinación, actualmente existe una capilla conteniendo algunos vestigios del santo guatemalteco. Exteriormente estaba rodeada por palmeras, guarangos, pacaes y eucaliptos que en cierta forma engalanan el árido paisaje. En el frontis del pequeño Templo se halla el milagroso pozuelo, casi a flor de tierra, protegido por losetas y con cubierta de cemento, discurriendo el agua por una cañería subterránea que al final tiene una llave por donde el caminante puede obtener refrescante agua; según manifiestan, es bendita.

Los conocedores de la vida y obra caritativa del Padre Guatemala dicen que fue muy afectuoso con todos sin distingo económico ni social. En uno de sus viajes que hizo a pie entre Ica, Pisco y Chincha, es cuando realizó el milagro de encontrar agua en ese ardiente desierto. Todo aconteció después de una solemne misa ofrecida por el religioso en el templo de Jesús María en la ciudad iqueña, cuando de improviso decidió viajar a Pisco. Los entristecidos fieles pensaron que se iba para no volver. Hubo cierto descontento y muchas protestas por tal decisión. Numerosas personas se ofrecieron a acompañarlo, aceptando gustoso el bondadoso clérigo.

A las tres de la mañana del día siguiente, se inició el ansiado viaje; oscuro todavía estaba el firmamento, al parecer, las estrellas se habían escondido. Hombres y mujeres de toda edad, imbuidos de incomparable fe religiosa, enrumbaron presurosos de Ica con dirección a Pisco. El entusiasmo era grande, la muchedumbre, cual importante ejército sin armas, avanzaba alentada por la brisa marina; la mañana se tornaba clarividente, el límpido cielo azul presagiaba que el Rey Sol, pronto irradiaría sus ardientes rayos sobre la enfervorizada multitud. Cuando los cansados feligreses, liderados por el sacerdote, habían recorrido gran parte de la desértica vía, los niños sintieron los primeros estragos de hambre y sed, porque a sus progenitores no les quedaba provisiones; el candente desierto y los inclementes rayos solares, cundían el descontento general.

Ante este grave problema, el Padre Guatemala los asistía con panes, galletas y bizcochos que llevaba. Llegó el momento donde los sedientos párvulos se desesperaron, las protestas se multiplicaron, caldeando más los ánimos. Fue precisamente en ese instante cuando el representante de Dios hizo un alto en el lugar donde hoy está ubicada la capilla para arrodillarse, levantar los brazos y mirar al firmamento con el fin de pedir al Señor solucionar el delicado problema, de inmediato se puso a escarbar con sus manos el ardiente suelo. Ante el estupor de la muchedumbre el agua comenzó a brotar clara y fresca para alegría de todos. Ante este sorprendente hallazgo la masa humana se postró de rodillas con profunda devoción dando gracias a Dios y al Padre Guatemala por haberlos salvado de una muerte segura.
Conseguida esa gracia divina, el infatigable fraile manifestó "A este pocito que bendigo nunca le faltará agua, porque es un verdadero milagro concedido por Nuestro Redentor a seres necesitados".


Pozo Santo después del terremoto del 2007: